aitanagtresancoras Hoy vamos a hablar de un tema que a menudo se mantiene en la sombra, pero que es súper importante: los trastornos del deseo sexual.
No importa tu género o edad, todos podemos pasar por momentos en los que nuestro deseo sexual baja o desaparece por completo. Y ¿sabes qué? Es completamente normal. Vamos a desglosar qué son estos trastornos y cómo puedes manejarlos.
¿Qué son los Trastornos del Deseo Sexual?
Primero, pongamos las cartas sobre la mesa. Los trastornos del deseo sexual se refieren a una disminución o ausencia del interés sexual. Esto puede manifestarse de diferentes maneras: falta de fantasías sexuales, desinterés por la actividad sexual o dificultad para responder sexualmente a tu pareja.
Existen varios tipos de trastornos del deseo sexual, pero los más comunes son el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH) y el Trastorno de Aversión Sexual. El TDSH es cuando simplemente no sientes ganas de tener sexo, mientras que la aversión sexual es un rechazo extremo hacia cualquier cosa relacionada con el sexo.
Causas comunes
Las causas de estos trastornos pueden ser tanto físicas como emocionales. Aquí te dejo algunas de las más comunes:
- Estrés y Ansiedad: Problemas en el trabajo, preocupaciones financieras, o situaciones personales difíciles pueden drenar tu energía sexual.
- Problemas de relación: Conflictos no resueltos, falta de comunicación o intimidad emocional pueden afectar tu deseo sexual.
- Salud física: Condiciones médicas como la diabetes, problemas hormonales o efectos secundarios de ciertos medicamentos pueden jugar un papel importante.
- Factores psicológicos: Depresión, baja autoestima y traumas pasados también pueden impactar tu deseo sexual.
- Estilo de vida: Hábitos poco saludables como el consumo excesivo de alcohol, drogas o una mala alimentación también pueden influir.
Estrategias para manejar los Trastornos del Deseo Sexual
Entonces, ¿Qué puedes hacer si te encuentras lidiando con un trastorno del deseo sexual?
- Comunicación abierta: Habla con tu pareja sobre lo que estás experimentando. La falta de deseo sexual no solo te afecta a ti, sino también a tu relación. La honestidad y la empatía son clave.
- Terapia Sexual: Un terapeuta sexual puede ayudarte a identificar las causas subyacentes y trabajar en estrategias para recuperar tu deseo sexual. No tengas miedo de buscar ayuda profesional.
- Manejo del estrés: Practica técnicas de manejo del estrés como el yoga, la meditación o simplemente tomarte un tiempo para ti. Menos estrés puede traducirse en más deseo.
- Revisa tu salud: Consulta a tu médico para descartar cualquier problema de salud física que pueda estar afectando tu deseo sexual. A veces, ajustar la medicación o tratar una condición subyacente puede hacer una gran diferencia.
- Redescubre la intimidad: Enfócate en reconstruir la intimidad emocional con tu pareja. Tómate el tiempo para estar juntos sin presiones sexuales. Las caricias, los abrazos y las conversaciones profundas pueden reavivar la conexión.
- Explora tus fantasías: Permítete explorar tus fantasías y deseos sexuales sin juzgarte. La autoexploración puede ayudarte a redescubrir lo que te excita.
La importancia de la paciencia
Manejar un trastorno del deseo sexual no es algo que se resuelva de la noche a la mañana. Se trata de un proceso que requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, amabilidad contigo mismo. No te castigues por lo que sientes (o no sientes). Es parte de ser humano.
Los trastornos del deseo sexual son más comunes de lo que piensas y hay muchas maneras de abordarlos. Lo más importante es reconocer que tienes un problema, hablar sobre él y buscar las herramientas adecuadas para manejarlo.
