¿Por qué debo educar mi sexualidad?
¿Alguna vez te has preguntado cómo te cuidas? Tal vez pienses en ir al gimnasio, descansar, comer sano o hacer actividades agradables. Tienes razón, y si lo haces, ya estas atendiendo a tu
autocuidado, pero… ¿Cuánta atención prestas a tu sexualidad? Cuando cuidamos el cuerpo al completo sentimos un gran bienestar físico, mental y logramos crear una gran conexión en pareja (si se tiene).
Desde que nacemos, la sexualidad nos acompaña en cada etapa de nuestra vida. Exploramos, nos educan, experimentamos, y es habitual que se acabe desatendiendo por estrés, enfermedad, carga mental y/o física o incluso puede ser dañada por otras personas.
Tu sexualidad forma parte de ti, merece la pena cuidarla.
No dejes pasar las señales que afectan a tu salud sexual. La terapia es una herramienta eficaz para recuperar y favorecer a todo tu bienestar emocional, físico, social y sexual. Disfruta de los beneficios: control de estrés, fortalece sistema inmunológico… Los demás es mejor descubrirlo por ti mismo/a…
Áreas de intervención en Terapia Sexual
- Bajo deseo o interés sexual.
- Disfunción eréctil.
- Anorgasmia.
- Problemas de eyaculación (precoz o retardada).
- Inhibición de la excitación
- Aversión al sexo.
- Sexualidad con dolor (vaginismo o dispareunia).
- Tercera edad.
- Enfermedades.
Terapia de Sexología
Explicación de las áreas en Terapia Sexual
Es una valoración que la persona hace de su propia satisfacción o insatisfacción respecto al nivel de apetencia sexual. La persona no se siente motivada o receptiva para mantener relaciones sexuales ya sea en pareja o consigo mismo. Con el tiempo la persona se siente culpable y aumenta la tensión en momentos de estimulación sexual externa, aunque sea mínima.
También conocida como impotencia. Esta disfunción es la paralela a la inhibición de excitación femenina. Pero en este caso, en el hombre es más observable; ya que no se produce o se mantiene la erección, aunque la estimulación sexual sea adecuada. Los hombres que lo sufren ven muy afectada su autoestima. Sentimientos de frustración, ansiedad y en ocasiones rechazo hacia su pareja o evitación de encuentros.
Es la dificultad de alcanzar o sentir un orgasmo a pesar de sentir la suficiente excitación y la respuesta sexual adecuada, lo que las lleva a fingir el orgasmo. A la larga esto produce gran frustración en la persona que lo padece y en la pareja sentimientos de culpa por sentir que no puede satisfacer a su pareja.
Eyaculación precoz: Es la percepción de falta de control eyaculatorio voluntaria ante una estimulación sexual mínima, ya sea antes o durante la penetración. Esta disfunción provoca en el hombre un gran sentimiento de frustración, vergüenza y ansiedad llevándole a evitar tener relaciones sexuales
Eyaculación retardada: Esta disfunción es paralela a la anorgasmia femenina, pues se conoce como la dificultad para llegar al orgasmo, y eyacular, a pesar de sentir una estimulación sexual adecuada, haciendo que el hombre sienta una gran frustración y en su pareja un sentimiento de culpa e impotencia.
Es la ausencia de una respuesta excitatoria a pesar de que haya una estimulación sexual sea adecuada, es decir, en mujeres se observa una falta de lubricación o de expansión vaginal. Esto hace que las relaciones sexuales no sean placenteras, ya que no llegan a alcanzar tampoco la fase del orgasmo y como consecuencia pueden abandonar los encuentros sexuales con la pareja o consigo misma.
Es la evitación de cualquier contacto que implique estimulación afectivo-sexual, debido al desarrollo de una fobia, asco o miedo hacia las relaciones sexuales o algo relacionado. La persona vive en un continuo estado de alerta con una sensación de peligro. Es muy común en persona que han sufrido experiencias negativas relacionadas con la sexualidad como sucesos de abusos o violencia sexual.
Dispareunia: Es la experimentación de cualquier dolor, quemazón, picor en las relaciones sexuales ya sea en la excitación el orgasmo o en la resolución. Este dolor hace que las experiencias sean poco gratificantes haciendo que pierdan el interés o a evitar los encuentros sexuales.
Vaginismo: Es la dificultad de poder relajar la apertura de la vagina por contracciones involuntarias, impidiendo las relaciones sexuales con penetración la masturbación Manuel o con juguetes eróticos, a pesar de que la lubricación puede ser adecuada.
En esta etapa de vida sufrimos los desgastes del paso del tiempo y del duro trabajo. Justo ahora que empezábamos a tener tiempo para uno mismo. Las alteraciones fisiológicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión o los cambios hormonales como la menopausia o la andropausia, que nos lleva a tomar medicación también pueden afectar a nuestra sexualidad.
La cara oculta de muchas enfermedades está en cómo afecta a la calidad de vida en el ámbito sexual. Los tratamientos farmacológicos pueden tener efectos adversos en nuestra vida sexual o secuelas que pueden convertirse en disfunciones sexuales. Por suerte, con ayuda profesional tiene solución.
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Si has decidido comenzar esta nueva etapa; ¡Bienvenido/a!, si por el contrario, todavía estás en duda; no te preocupes, ¡aquí te estaré esperando!